Ante la sospecha de una discalculia
observada en el trabajo diario escrito y oral del niño o ante reiterados
fracasos en las evaluaciones de matemáticas, se debe realizar un sondeo de
dificultades numéricas en forma individual con el niño. Se pueden suministrar:
a)
Dictado
de números.
b)
Copiado
de números.
c)
Cálculos
no estructurados mediante juegos o gráficos.
d)
Situaciones
problemáticas-lúdicas.
Cualquier
intervención educativa debe ir precedida de un diagnostico diferencial en que
se identifiquen las dificultades de aprendizaje de las matemáticas (DAM).
Tradicionalmente la evaluación examinaba variables como: el nivel de desarrollo
del razonamiento (conservación, clasificación, seriación…), la realización de cálculos
aritméticos (numeración y operaciones), los conceptos matemáticos que posee el
alumno, su comprensión y expresión verbal y el planteamiento de problemas y
modo de resolverlos; y los elementos gnoso-práxicos, en lo tocante a la
estructuración espacio-temporal y el dominio del espacio gráfico. En Velasco y
Jabonero (1984), tomado de (Santuiste, 2005) .
La
evaluación, para un diagnostico eficaz, debe examinar tanto el conocimiento
formal como el informal, ya que este ultimo puede ser insuficiente y dificultar
el acceso a las matemáticas. Debe detallar los puntos fuertes y débiles del
alumno, la precisión y eficacia de las técnicas matemáticas básicas y su grado
de automatización, las estrategias seguidas para llegar a una solución y los
errores sistemáticos que comete, para tratar de conocer las insuficiencias de
los conocimientos subyacentes. Para cumplir las condiciones mínimas de un
diagnostico diferencial, existe una considerable variedad de instrumentos
estandarizados que son muy útiles para identificar a los sujetos con DAM
(Dificultad de Aprendizaje Matemático). En general, no se utilizan pruebas aisladas
sino que se aplican baterías de tests y pruebas específicas que permiten
identificar los diferentes factores intervinientes. Con fines prácticos, a
continuación presentamos las pruebas agrupadas en dos tipos: pruebas
psicológicas y pruebas pedagógicas. (Santuiste, 2005)
v
PRUEBAS
PSICOLÓGICAS. (Santuiste, 2005) .
La
finalidad de las pruebas psicológicas es identificar si el alumno presenta déficits
aptitudinales específicos que algunos autores han encontrado que correlacionan
con el rendimiento matemático. Para identificar los procesos cognitivos y
neuropsicológicos que intervienen en la realización de tareas matemáticas, se
pueden utilizar diferentes tests. Entre los tests que proporcionan datos de
interés se encuentran los siguientes:
a)
Escalas
de inteligencia de Wechsler (WPPSI de los 4 a 6 ½ años; WISC-R, de los 6 a los
16 años; WAIS, de los 16 en adelante). Son las escalas más utilizadas en la
evaluación psicopedagógica.
b)
Escalas
de Mc Carthy de aptitudes y psicomotricidad (MSCA, de los 2 ½ a los 8 ½ años)
incluye una escala numérica con tres subpruebas de interés: recuento y
distribución, cálculo y memoria numérica.
c)
Tests
de Factor g (como el factor g de Cattell y de matrices progresivas de Raven,
ambos de aplicación colectiva a partir de los 4 años). Proporcionan una medida
de la inteligencia general.
d)
DAT.
Es una batería de aptitudes diferenciales, de aplicación colectiva a partir de
los 14 años. Evalúa algunos aspectos de la inteligencia general como:
razonamiento abstracto, razonamiento verbal, aptitud numérica, rapidez y precisión
perceptiva, razonamiento mecánica y relaciones espaciales.
e)
Test
del desarrollo de la percepción visual de Frostig (3 a 7 años). Resulta
relevante, principalmente para el diagnostico de dificultades en geometría.
f)
Test
gestáltico visomotor de Bender (4 hasta adultos). Permite valorar la
inteligencia visomotora y las alteraciones neurológicas.
g)
Batería
Luria-DNI. Es una prueba para la evaluación de trastornos neuropsicológicos,
con baremos para niños a partir de los 7 años. Entre otras muchas pruebas
incluye una de aritmética con dos subtests: escritura numérica, en el que pide
al niño escribir y leer números de izquierda a derecha y de arriba abajo, así
como decidir qué número de entre los varios que lee o escucha es mayor; y
operaciones aritméticas, en el cual el niño debe resolver sumas, restas y
multiplicaciones, completar operaciones en las que falta un número o el signo y
contar hacia atrás de 3 en 3.
h)
Cuestionarios
de personalidad para niños de Cattell (ESPQ, CPQ y HSPQ) (6 años hasta
adultos). Es importante conocer la personalidad del niño y su forma de
reaccionar ya que ésta puede influir en el rendimiento académico.
v
PRUEBAS
PEDAGOGICAS. (Santuiste, 2005)
Las
pruebas pedagógicas específicas ayudan a determinar el grado de dominio de la
diversidad de conceptos y procedimientos propios del ámbito matemático, tales
como:
1.
Habilidad
para comprender y usar los conceptos de cantidad, combinaciones, número, forma,
tamaño, posición y medida.
2.
Habilidad
para sumar, restar, multiplicar y dividir números naturales, enteros y
fracciones.
3.
Habilidad
para aplicar los conceptos matemáticos a la solución de problemas en
situaciones personales y sociales (comprar y vender, calcular diferencias de
tiempo, pesar y medir).
4.
Habilidad
para clasificar y categorizar datos y hechos matemáticos.
5.
Adquisición
de nociones e información específicamente matemática.
Algunos ejemplos de pruebas pedagógicas
son:
a)
Pruebas
pedagógicas graduadas para preescolar y ciclo inicial (EAP de Terrasa, 1989).
b)
Pruebas
psicopedagogías de evaluación individual (Montesinos et al., 1991). Incluyen
tareas que permiten detectar la competencia del alumno en el conocimiento de
cantidades, operaciones, problemas y otros contenidos de educación infantil y
primaria.
c)
Prueba
de cálculo y nivel matemático (A. Palomino y J. Crespo). Esta prueba detecta
dificultades o errores en el aprendizaje del cálculo.
d)
Prueba
de aptitud y rendimiento matemático (R. Olea, L. E. Líbano y H. Ahumada). Se
aplica de 7 a 12 años y consta de 3 series :
Serie A: Nociones
previas (conservación, seriación, previsión, clasificación e inclusión).
Serie B: Conocimiento
de la simbolización matemática (dictado y lectura de números, concepto de
valor, concepto de signos, conocimiento de figuras geométricas y conocimiento
de cuerpos geométricos).
Serie C: Disposición
para el cálculo y resolución de problemas (repartición y resta, resolución de
problemas con elementos concretos, con dificultad en el enunciado y de
problemas abstractos).
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